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Lección de Escuela Sabática
PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:
“El enemigo está comprando almas hoy por muy poco precio. ‘De balde fuisteis vendidos’ (Isa. 52:3 ( CB ) ), es el lenguaje de las Escrituras. El uno vende su alma por el aplauso del mundo; el otro por dinero. El uno para satisfacer las bajas pasiones; el otro por las diversiones mundanas. Se hacen tales transacciones diariamente. Satanás está tratando de recuperar a los que fueron comprados por la sangre de Cristo y los consigue muy baratos, a pesar del precio infinito que fue pagado para rescatarlos” (TI 5:125).
El objetivo de Satanás es comprar almas a través del materialismo, y los adornos superficiales atraen a cada corazón. El materialismo no puede hablar, pero conoce todos los idiomas. Sabe cómo brindar placer y gratificación tanto a los ricos como a los pobres y les hace decir: “Tengo todo lo que necesito aquí; ¿por qué preocuparme por otras cosas?” Así el materialismo corrompe la mente; hace que la gente confíe en sus posesiones en lugar de confiar en Dios.
Sin embargo, el antídoto es: “No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos” (Zac. 4:6). El materialismo no puede resistir el control del Espíritu Santo cuando nos entregamos a Dios y nos proponemos, por su gracia, no dejar que el materialismo gobierne nuestra vida.
PREGUNTAS PARA DIALOGAR:
1. ¿Cuáles son las maneras en que, aun siendo pobres o sin tener muchos bienes materiales, podemos ser arrastrados por algunos de los peligros que vimos esta semana?
2. Algunas personas dicen: “No me importa el dinero. El dinero no significa nada para mí”. (Por cierto, a menudo, los que dicen esto tienen mucho dinero.) ¿Por qué, en la mayoría de los casos, eso simplemente no es así? Las finanzas son importantes; cumplen un papel en nuestra vida. La pregunta es: ¿de qué modo podemos mantener el dinero y nuestra necesidad de este en la perspectiva bíblica correcta?
3. “No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón” (Mat. 6:19-21 ( CB ) ). Lee atentamente lo que Jesús nos dice aquí. ¿En qué sentido esto es una forma poderosa de protegernos de los peligros del materialismo?